viernes, 14 de junio de 2013

Momo

 
 
 
Esa gente que se declara amante de los animales y no hace más que repetirlo por todas sus redes sociales mientras sus mascotas se mueren de pena... Esa gente.
 
 
 
 
 
 
Últimamente no era feliz.
No, joder no.
 
 
Pero luego paso un día como este y me siento jodidamente genial, jodidamente grande y afortunada.
 
Y todo gracias a un par de estúpidos y, como no, a una de las razones por las que me levanto cada mañana.
Aunque hace poquito que llegó a mi vida se hace querer día tras día.
No hay nada como llegar a casa y encontrarle acurrucado con Wanda en su hamaca, o mirándome con carita de "¿jugamos?". A veces es muy trasto y le encanta sorprenderme con sus hábiles saltos y subirse a mi mesa para revolver mis cosas.
Es un terremoto, el terremoto más adorable, alargado y peludo que he tenido el placer de conocer jamás.
 
Y yo tengo la suerte de tenerle conmigo.
 
 
 
 
Te quiero Momito, mi pequeño bandido.
 
 


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