"Apenas a unos metros de la puerta llega hasta mis oídos una melodía que conozco bien. Una música minuciosamente escogida para la ocasión. Me pongo más y más nerviosa a medida que me acerco a la habitación de la que procede ese atrayente sonido, como si de un cántico de sirenas se tratase. Al fin alcanzo la puerta, y la abro con las manos temblorosas.
Casi no puedo ver nada, dado que el trayecto estaba perfectamente iluminado y la habitación en la que acabo de irrumpir tiene las persianas completamente bajadas. La única fuente de iluminación de la sala es una ténue lámpara situada en una mesilla. Conforme mis ojos se acostumbran esta luz roja comienzo a verlo todo con mayor claridad. El armario, la estantería, el escritorio, incluso los pósters y fotografías que adornan las paredes... y la cama, completamente vacía y llamándome a gritos.
De repente oigo un chasquido. Has cerrado la puerta y te aproximas por mi espalda. Sin mediar palabra apoyas tus manos sobre mis caderas y tus labios sobre mis hombros. Me giro lentamente y te encuentro de frente con los ojos clavados en mí. Tus manos, aun rodeándome, recorren mi espalda hasta dar con la forma de continuar su recorrido por debajo de mi camiseta, a medida que tu boca atrae a la mía como si de los dos polos de un imán se tratase.
Finalmente tus manos acaban por deshacerse de mi camiseta sin que yo oponga resistencia y seguidamente las mías las imitan retirando parte de tu atuendo. Empujada por ti, me dejo caer sobre la cama aferrándome a tu cuerpo. Mi nerviosismo apenas ha cesado y continúo temblando levemente.
Una mirada de apasionada ternura basta para sacar a relucir mis instintos más básicos. Me abalanzo a por ti en una frenética búsqueda de unir tus labios con los míos. Mis torpes manos caminan por tu piel hasta cruzarse con tus pantalones. Parece ser que no tendrán más remedio que quitártelos para poder continuar con su travesía. Aunque no es tarea fácil, logro desabrochar los botones uno a uno y deslizar tu ropa hasta los pies de la cama.
Tus labios van repartiendo deliciosos besos por mi cuello, haciendo que mi respiración se acelere aun más si cabe. Bajan lentamente, besuqueando allá por donde pasan. Siento un cosquilleo en el estómago, que se incrementa cuando los besos alcanzan mi obligo y descienden desde él hasta el comienzo de mis vaqueros. Con lo complicado que me resultó desabrochar tus pantalones con las manos, no consigo comprender como consigues hacerlo con la boca.
Mi corazón se desboca cuando te empeñas en deshacerte de la poca ropa que me queda. Y los besos no cesan, siguen su recorrido bajando por mis piernas para más tarde subir. Entonces algo dentro de mí presiona el botón de Apagado en mi cerebro. No puedo pensar, tan solo sentir. Tampoco puedo articular palabra, tan solo jadear algo incomprensible que pretendía ser un 'te quiero'.
Cuando por fin puedo volver a pensar me vuelvo a encontrar besándote en los labios como si no hubiese mañana. No estoy segura de en qué momento sucedió, solo sé que ya me encargué de tu ropa interior. Tus caricias siguen su curso y me hacen estremecer. Mi paciencia se agota conforme se incrementan mis ganas de volver a sentirte. Y de nuevo se me desconecta el cerebro y solo puedo gimotear. Trato de decirte cuanto te quiero, y creo que lo consigo, ya que me sonríes y me besas en la frente. Tu cuerpo y el mío se funden y tampoco estoy segura de donde empiezas tú y termino yo, solo sé que me encanta esta sensación.
Es complicado definir como me siento ahora. Diría que me siento completa. Es una danza frenética y divertida. Íntima y especial. Jamás me había sentido así con nadie. Se trata de algo tan único como emocionante. Mi mente gira junto con mi cuerpo y yo me encuentro totalmente feliz. El resto del mundo se ha esfumado y ahora solo estamos tú y yo.
Fuegos artificiales y hormigueos en mi interior. Caigo rendida sobre tu pecho, y aunque toda la pirotecnia que había dentro de mí ha acabado, aun sigo sintiéndome tremendamente bien. Te tengo a mi lado, y ese es el motivo por el que no puedo parar de sonreír.
Así que esto es lo que se siente al hacer el amor..."